Foto tomada del Facebook oficial de La Bruja de Texcoco.
Twitter: @marc_cram
Estamos conscientes del panorama actual en México y el mundo, situación que ha venido afectando diferentes sectores de la industria, entre ellos el de la música. Bien sabemos de las cancelaciones y aplazamientos de eventos, conciertos y festivales que se han venido generando en las últimas semanas, aun así el Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino en su edición 21 se realizó el fin de semana del 14 al 15 de marzo del 2020.
Tras sufrir cancelaciones de bandas programadas en su cartel para ambos días, el Vive Latino siguió de pie y con la frente en alto, tranquilizando a los asistentes en redes sociales.
Un par de días antes se creó el debate sobre la irresponsabilidad de los organizadores al exponer a una escena musical y una generación completa al no cancelar o posponer el evento como lo venían haciendo en otras partes del país.
El gobierno de la Ciudad de México confirmó su realización argumentando una fuerte pérdida económica. La Secretaria de Salud implementó en conjunto con los organizadores un despliegue de un grupo especializado de 90 paramédicos, 9 doctores y 7 ambulancias listas ante cualquier emergencia. El personal del evento uso guantes, cofia y cubre bocas. Se encontró gel antibacterial de principio a fin en accesos principales, baños y barras de comida.
El festival abrió sus puertas a partir de las 13:00 horas y la gente empezó a llegar. El calor estaba iniciando y lo primero que se antoja en ese momento es una buena cerveza bien muerta. El Salón Victoria inició su presentación con un trío de mariachis interpretando Sí tu boquita fuera. Nasty Uncle Hippie prendió el slam entre los asistentes de la segunda jornada, seguida de Mi vida es un tango y Oh Carol!, solo nos fueron preparando para cantar a todo pulmón (en compañía de mariachi) el Rey del maestro José Alfredo Jiménez.
Un buen añadido para esta edición fue la carpa de Casa Comedy, donde tuvieron una muestra del talento nacional que existe actualmente. Después del Salón me lance a ver La Cotorrisa, muy cagados esos tipos. No había tenia el gusto por escucharlos de lleno y la verdad se merecen mi respeto. Espero verlos en otro festival, y si se puede en uno cristiano. De ahí me regrese al escenario principal para ver a Desorden Público, originarios de Venezuela. Tenían 13 años que no habían visitado nuestro país y lo hicieron muy rifado. Recordando ese particular sonido del Ska de los 80s en Latinoamérica.
Pasando de las 4:20, (más o menos a esa hora, la neta no me acuerdo) el cielo se torno gris, haciendo la tarde más agradable, libre de calor. Termine dándome un roll por la Carpa Intolerante para ver el proyecto Sinaloense de Bratty. Haciendo sonar su mezcla de bedroom pop, garaje y surf, con un colorido pastel en sus visuales en la pantalla. Tomándose un tiempo para gradecer a sus familiares, amigos y la banda chilanga que se junto para escucharlos. Mandando a Chingar a su madre a el Coronavirus (en repetidas ocasiones).
El cielo amenazaba con llover y tuve que correr para llegar a ver a la loca del metro. Flor Amargo hizo que levantaran polvo en el escenario Vero. Puso a saltar hasta el más metalero de la audiencia. Teniendo grandes músicos de apoyo y como invitado principal al mismísimo Rubén Albarrán de Café Tacuba para interpretar tres canciones, entre ellos Las Flores, Pachuco (rola modificada para enviar buena vibra a Sax de La Maldita Vecindad) y Tiempo. Después de 15 años para figurar en el Festival. Flor Amargo agradeció de manera emotiva a la audiencia por haberse entregado completamente a su presentación.
Las marionetas empezaban a invadir el lugar para el recital de 31 minutos, de camino al escenario Telcel, me tope con el cuadrilátero de la AAA que se trasformó en una jaula (se veía que los madrazos iban a estar buenos). Decidí descansar un rato, debajo de una palmera y de fondo sonaba Leiva en la carpa Doritos. Con una suave presentación acústica se rifo 23 de junio de sus compatriotas Vetusta Morla que no pudieron asistir al festival.
Alrededor de las 19 horas, empezaron a caer las primeas gotas de lluvia y Ed Maverick salió en el escenario Telcel (existen esos momentos en los que el mundo se sincroniza para crear uno de esos instantes que no se puede describir tan fácil), la lluvia hizo de las suyas y como si se hubieran puesto de acuerdo empezó a oler a Tierrita Mojada mientras interpretaba ésta canción. Ya no alcancé a ver su colaboración con Bratty pero dicen que se puso chido.
Me salí antes para llegar a ver a La Bruja de Texcoco, justo para atajarme de la lluvia. No tardó en salir a escena interprendo una danza regional mexicana, transformado su vestido de blanco y negro en uno completamente rojo, como si se tratara de una metamorfosis. La Bruja nos hechizó de inmediato con sus cantos y su magistral forma de tocar el arpa y el violín. Al poco tiempo subió al escenario Rubén Albarrán para interpretar un par de temas hupangosos, entre ellos Ojalá que llueva café. Acompañada de un grupo de increíbles músicos se rifaron el rolonon de Hechicería, poniendo a bailar a los asistentes. Ya para finalizar nos invito a explorar nuestra feminidad y encontrar un equilibrio en nuestro ser.
La lluvia ceso y dejó que la noche se abriera paso. Andrés Calamaro se apoderaba del escenario Escena Indio como todo un Torero, ¡Macho! Interpretando canciones de Los Rodríguezy nombrando al Vive Latino como el ultimo festival por el Coronavirus, hecho histórico que recordará para contarle a sus nietos. Zoé se hizo presente en el escenario Indio para interpretar de principio a fin su sesión en acústico, Música de Fondo que cumplía 10 años de haberse presentado por primera vez. Incluyó la participación de todos los músicos involucrados con aquella sesión para MTV con la excepción de Enrique Bunbury.
A lo lejos se escuchaba como reventaba el reggae de Cultura Profética. A media noche salió Nortec Collective para finalizar las actividades en el escenario principal con una participación más de Rubén Albarrán. En ese momento pensé que fue suficiente de Rubén por un día, así que me moví de regreso al escenario Telcel para ver a los Tucanes de Tijuana. Es la primera vez que se presentan en el festival y lo hicieron de lujo. La gente avanzaba en fila bailando para conseguir un mejor lugar, los ya establecidos andaban bailando de izquierda a derecha con cartón de chela en mano. Los corridos no tardaron en llegar y esto se convirtió en el final de una borrachera de fin de semana. Así podría describir el segundo día de actividad del Vive Latino.
Comments